logo Ciedess

Más de 289 mil trabajadores, de 1.529 empresas, negociarán en 2017 con la nueva legislación laboral

Las empresas que albergan a los dos sindicatos más grandes de Chile, Walmart y BancoEstado, serán el campo de prueba de la reforma. Metro y sus conductores, en tanto, tratarán de llegar a un acuerdo anticipado en marzo. Si no lo logran, deberán negociar en agosto.

Fuente: El MercurioPublicado el 18 de diciembre de 2016.

El 1 de abril de 2017 está a la vuelta de la esquina, y el empresariado lo sabe. Ese día comenzará a operar la reforma laboral que cambió de manera considerable la correlación de fuerzas entre empleadores y sindicatos. Por primera vez, la huelga será sin reemplazo, los dirigentes de turno tendrán la llave para extender o no los beneficios de la negociación colectiva a los trabajadores no sindicalizados y los grupos negociadores paralelos a los sindicatos desaparecerán del mapa por omisión.

El empresariado lo sabe, y trató de prepararse apenas la ley fue promulgada, a fines de agosto de 2016: en estos meses se adelantaron decenas de negociaciones colectivas, entre otras razones para no servir, a partir de 2017, como laboratorio de pruebas de las primeras huelgas sin reemplazo.

Otras, en cambio, deberán negociar justo cuando la ley entre en vigencia. Walmart, por ejemplo, negoció anticipadamente, hace dos meses, con la Federación de Trabajadores, una de las dos organizaciones sindicales más grandes de esa empresa. En mayo, no obstante, deberá volver a negociar, esa vez, con el Sindicato Interempresa de Líder (SIL).

Otro tanto ocurre en Metro de Santiago: la empresa -que no solicitó al Gobierno ser declarada como compañía estratégica- tratará de llegar a un acuerdo anticipado con sus 1.200 conductores en marzo de 2017. Se trata de una negociación desregulada; es decir, que se realiza de común acuerdo, sin derecho a huelga y sin fuero. Si no hay acuerdo en ese momento, todo quedará para agosto, cuando la huelga sí sea una herramienta de negociación para los trabajadores.

A todas luces, 2017 estará marcado por la implementación de la reforma, al punto que 289 mil trabajadores de 1.529 empresas negociarán colectivamente a partir de abril de ese año, según cifras de la Dirección del Trabajo. Este número de trabajadores es casi un 30% del total de sindicalizados, los que llegan a 985 mil a nivel nacional.

Es un número importante de trabajadores como porcentaje del total de sindicalizados, pero marginal si se compara con el total de trabajadores chilenos: apenas el 3,6% de los 8,1 millones de ocupados a nivel nacional.

De las 1.529 empresas que negociarán en este período, 312 concentran 1.008 sindicatos, lo que habla a todas luces de la alta atomización del movimiento sindical.

Entre los que negociarán en este período destacan varios de los sindicatos más poderosos del país, tanto por su número de afiliados como por su relevancia en términos económicos: el Sindicato Interempresas de Líder (SIL); el de Trabajadores de BancoEstado; el de Conductores del Metro, varios de los principales sindicatos de la minería y de los puertos.

En mayo negociará el sindicato más grande de Chile: SIL, de Walmart

Hace dos meses, la Federación de Trabajadores de Walmart cerró una negociación anticipada con la empresa de capitales estadounidenses, en la que los empleados obtuvieron bonos de término de conflicto de más de un millón en el tope, según el asesor externo de esta organización sindical, Carlos Cano.

Con esto, la compañía cerró la mitad del problema. La otra mitad deberá enfrentarla en mayo de 2017, con la reforma ya en vigencia. Ese mes, Walmart tendrá que negociar con el Sindicato Interempresa de Líder (SIL), liderado por el militante del PS Juan Moreno, que es un residente histórico de las oficinas de la CUT. En agosto, sin ir más lejos, fue reelegido como consejero de la multisindical para un nuevo período (2016- 2020) como integrante de la lista liderada por el DC Nolberto Díaz.

Este sindicato, creado en 2007, cuenta con entre 11 mil y 15 mil afiliados y, pese a ser el más grande de Chile, ha cultivado buenas relaciones con la empresa. Recién en 2015 este sindicato llevó adelante una negociación reglada, con derecho a huelga y fuero. Todas las anteriores se dieron de manera no reglada, lo que le valió la fama de sindicato "amarillo", según sectores más duros del sindicalismo.

Para otros, fue precisamente la disposición al diálogo lo que le permitió al SIL negociar con Walmart como un solo empleador para cinco formatos (Híper, Express, Ekono, ACuenta y Mayorista) rompiendo, en la práctica, con la figura del multi-RUT.

¿Será nuevamente una negociación de guante blanco? Conocedores del mundo sindical indican que la cercanía del SIL con la administración de la empresa podría desencadenar una situación similar a la vivida hace unas semanas en Sodimac. En esta empresa, la dirigencia presidida por otro histórico de la CUT como José Luis Ortega (DC cercano a la corriente de Arturo Martínez) se vio sobrepasado por un sector de los trabajadores y presionado a paralizar por primera vez en su historia, pese a la contundente oferta de reajuste y bono de fin de conflicto que le había formulado la empresa.

Cercanos al SIL, en cambio, indican que la situación de este sindicato es muy distinta: a diferencia de lo que ocurría en Sodimac, donde Ortega enfrentaba una fuerte disidencia interna, que se expresó en el forlalecimiento de líderes alternativos, como Óscar Astete, Moreno tiene mayoría en su directorio. El modelo de conducción de ambos sindicatos también es distinto: mientras en Sodimac la decisión de prolongar o no la huelga recaía en los delegados de cada uno de los 76 locales de la empresa -lo que le restaba poder de decisión a la directiva-, en el SIL el poder recae principalmente en su directorio.

Con todo, la directiva del SIL ya inició un trabajo de campo que le permitiría acotar los riesgos de cara a la negociación de 2017: por ejemplo, realizó una encuesta en la que participaron más de seis mil trabajadores y que servirá de insumo para la elaboración del proyecto de contrato colectivo.

Otras fuentes del comercio indican que el fracaso del sindicato de Sodimac en su última negociación inhibirá a otras grandes organizaciones del ramo a ir a huelga: sin paralización, la empresa ofreció un reajuste de 5% real y bonos de entre $360 mil y $500 mil dependiendo de la antigüedad del trabajador. Con huelga, solo les entregó un 2% real y bonos por $200 mil.

Galería de Imágenes

Categorías asociadas

La Seguridad Social en Chile: Empleabilidad