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Las trabas de la salud mental: agenda de siquiatras está copada hasta mediados de diciembre

En medio de la agudización de cuadros ansiosos, depresivos y de estrés, acceder a una consulta con un profesional del área es cada vez más complejo. En este contexto, el aumento de licencias médicas sicológicas está anclada a profesionales de otras especialidades. Isapres advierten sobre este fenómeno, mientras expertos apuntan a un déficit en el área.

Fuente: La Tercera-PulsoPublicado el 02 de noviembre de 2021.

La llegada de la pandemia trastocó en todos los niveles la vida y la cotidaneidad conocida hasta ese minuto. Nadie quedó ajeno. Desde marzo en adelante, todos los chilenos debieron aislarse, cambiar hábitos y rutinas, y aprender a batirse en una nueva realidad cruzada por permanentes temores: a contagiarse, a perder a un familiar, a quedar sin trabajo e, incluso, a fracasar en el intento de sobrellevar, desde el hogar y sin redes de apoyo, las exigencias simultáneas, especialmente las familias con hijos.

Las mediciones que se han hecho desde ahí en adelante han puesto cifras a lo que ya advertían los especialistas y que se tradujo en un serio deterioro de la salud mental. De hecho, según el estudio de la ACHS y la Universidad Católica, en abril pasado el 46,7 % de los chilenos presentaba síntomas depresión.

Pero, levantado ahora el confinamiento y con la red de salud restablecida -en su mayor parte-, quienes quieran tratar una patología mental o busquen ayuda para atender, por ejemplo, un cuadro ansioso, tendrán serias dificultades. Encontrar disponible a alguno de estos especialistas, que antes de la pandemia ya eran escasos, se ha vuelto más difícil aún.

De hecho, en la agenda abierta de los siquiatras que atienden en clínicas y centros médicos privados de la Región Metropolitana, las horas presenciales están copadas hasta fin de año, lo de deja solo la limitada posibilidad de que se libere algún cupo, cosa que ocurre esporádicamente.

Juan Pablo Undurraga, jefe de la Unidad de Psiquiatría de Clínica Alemana, afirma que los servicios que atienden patologías mentales "tuvieron un aumento importante en el número de consultas y requerimientos comparado con un año normal". En el caso de este centro, solo en diciembre se puede encontrar algunas horas en modalidad presencial.

En Clínica Indisa la agenda de noviembre, que recién inicia, ya está cerrada y hay solo nueve cupos disponibles para el mes siguiente. Al repecto, Maritza Bocic, psiquiatra del recinto, confirma que no tiene disponibilidad hasta el próximo año y que en su consulta particular solo hay agenda en 45 días más.

En el caso de Clínica Santa María no hay consultas disponibles hasta enero. Mientras, en la Clínica Dávila no se puede reservar, porque la agenda de los profesionales está completa.

Al respecto, Bocic explica que "no solo en Chile, sino que en todo el mundo, las patologías de salud mental aumentaron y en nuestro país ya veníamos con índices muy altos de depresión. El grado de estrés al cual hemos estado sometido, algo que empeora la salud mental, ha sido muy alto, con el estallido social, la pandemia, las cuarentenas y los problemas económicos; todo eso lleva que aumenten las patologías mentales y haya más demanda" .

En Fonasa, los pacientes pueden ser atendidos de manera institucional por los expertos de la red hospitalaria, tras la derivación desde un centro de la atención primaria. Pero el proceso no es rápido. Según datos de la Subsecretaría de Redes Asistenciales, al 13 de septiembre habían 7.640 personas en lista de espera para una consulta siquiátrica.

En el sistema público hay 714 psiquiatras adultos disponibles y solo 53 atienden de manera privada con bono Fonasa, donde está asegurado el 80% de los chilenos. Eso, pese a que en el Registro Nacional de Prestadores Individuales de Salud hay en 2.240 especialistas registrados, con 484 de ellos dedicados a la atención de niños y adolescentes.

Son cifras deficitarias. Según el informe de Ocde publicado el año pasado, con cifras de 2016, en Chile hay siete siquiatras por cada 100 mil habitantes, casi 10 puntos por debajo el promedio de la entidad, que alcanza a 16,9.

Juan Maass, director de medios de La Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía de Chile (Sonepsyn), señala que "en Chile hay un déficit de psiquiatras, en cuanto a números hay un poco más de 1750, pero lo más llamativo es que están mal distribuidos, se concentran en los sectores más pudientes. Efectivamente esto puede hacer variar la necesidad de la población por ausencia de profesionales en algunos sectores".

En los precios por la atención también hay una diferencia: "El valor de la consulta, al igual que los fármacos, va a variar de acuerdo al sistema previsional, que puede ir desde cero peso en el sistema público, hasta valores más altos en otros sistemas, como los prestadores privados en este caso, donde el promedio va desde los $ 50 mil hasta los $ 60 mil", añade Maass.

¿Otros médicos supliendo la carencia?

En contexto de la pandemia, las licencias médicas mentales crecieron significativamente.

Así lo revelan las cifras de Fonasa, que muestran que durante 2019 se otorgaron 19.050.943 días de permiso, los que crecieron un 31% y alcanzaron 24.996.188 en 2020.

Y en el sistema de aseguramiento privado la diferencia es más marcada. De acuerdo a los datos de la Asociación de Isapres, en el período de enero a agosto de 2029 se tramitaron 3.434.446 días de permiso médico, los que se incrementaron un 78% este año, en los mismos meses, llegando a 6.120.032.

También hay otro fenómeno. De acuerdo a cifras de La Asociación de Isapres, el grueso de los permisos por patologías mentales de este año fueron otorgados por doctores que no son psiquiatras. Se trata de un grupo de profesionales que en 2019 emitó 1,2 millones de días de licencias y que en 2021 indicaron un total de 3,2 millones (ver infografía).

Así, mientras entre enero y agosto los siquiatras tuvieron un aumento leve en la emisión de días de permisos médicos al pasar de 2,1 millón a 2,8 millones -en total, poco más de 600 mil jornadas adicionales- los otros emisores crecieron de 1,2 millón de días 3,2 millones es decir, un incremento de dos millones.

¿Qué implica esto? Que el 89% del crecimiento de estos subsidios se originó en otros doctores no especializados.


Fuente: La Tercera-Pulso

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