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¿Qué sucede cuando las ayudas se van? Minsal despliega equipos para apoyar en salud mental a afectados por siniestros

Seis grupos multidisciplinarios capacitados en el modelo de Primera Ayuda Sicológica en las zonas afectadas de Ñuble, Biobío y La Araucanía se desplegaron desde la cartera, los que buscan abarcar una primera fase de respuesta y otra de recuperación. Este segundo momento, dicen desde el Minsal, es fundamental, puesto que “las necesidades de salud mental de la población afectada aumentarán en la medida en que los incendios sean controlados”.

Fuente: La TerceraPublicado el 22 de febrero de 2023.

En las últimas semanas la zona centro- sur del país ha enfrentado varios focos de incendios forestales, dejando cientos de casas siniestradas, 25 fallecidos a la fecha y miles de damnificados. Los esfuerzos han estado centrados en el control de los focos y las soluciones inmediatas. Sin embargo, ¿qué viene después? ¿Qué ocurre con los habitantes de esos territorios una vez que las ayudas se van tras el agudo episodio de estrés que puede significar un evento como este?

Para organizar esta respuesta, el Ministerio de Salud señala a La Tercera que iniciaron un plan de acción de salud mental y apoyo psicosocial, por lo que desplegaron seis equipos multidisciplinarios capacitados en el modelo de Primera Ayuda Psicológica en las zonas afectadas de Ñuble, Biobío y La Araucanía.

Este plan incorpora acciones en fase de respuesta, así como en fase de recuperación. Este segundo momento, dicen desde el Minsal, es fundamental, puesto que "las necesidades de salud mental de la población afectada aumentarán en la medida en que los incendios sean controlados".

Además, en aquella fase las consecuencias se verán a nivel individual, pero sobre todo en el colectivo. "Los desafíos propios de esta etapa son reconstruir la vida cotidiana, la estructura social y organizativa para una pronta vuelta a la normalidad", señalan desde la cartera.

¿Qué es el trastorno por estrés agudo?

Según el Departamento de Salud Mental del Minsal, lo que comúnmente ocurre tras un desastre -como fueron los recientes incendios- es lo que se conoce como trastorno por estrés agudo.

Respecto de su duración, la psicóloga especialista en trauma Javiera Donoso detalla que "esto puede durar hasta un mes y eso se puede ir agudizando hasta convertirse en un estrés postraumático cuando se extiende en el tiempo".

Por su lado, Alfredo Sherrington, sicólogo y exbombero experto en primeros auxilios sicológicos y académico de la Escuela de Sicología de la Universidad Santo Tomás, señala que, "en general, el organismo cuando se enfrenta a una situación que percibe como que le puede provocar daño, muerte o pérdida, hay una reacción que es natural y que dura aproximadamente 72 horas".

El experto añade que durante los primeros tres días el sistema está en alerta, lo que permite que personas realicen cortafuegos sin agotarse: "Quienes están en esa etapa, en el vivir la emergencia, son capaces de dormir menos, son capaces de sentirse menos cansados y redoblan sus energías".

Una vez que el organismo sale del modo supervivencia, viene una suerte de "bajón" con respuestas psíquicas y físicas. "Es normal tener síntomas gastrointestinales, náuseas, diarreas, vómitos, dolores de cabeza, dolor muscular, malestares gástricos y dolor de estómago", detalla Donoso, dentro de otras complicaciones.

Por su parte, Sherrington menciona síntomas como confusión, el sentir que lo ocurrido no es real, el no ser capaz de verbalizar lo que le está pasando y tener pensamientos intrusivos.

Esto no solo les ocurre a las víctimas directas del incendio, sino que también a los equipos de emergencia. "Esta exposición puede corresponder a la vivencia directa del hecho, a haber sido testigo de la situación, a saber que el evento traumático ha ocurrido a una persona cercana o puede ser consecuencia de la exposición laboral repetida", detalla el Minsal.

Respecto de esto, Sherrington menciona que existen cinco tipos de víctimas: directas, familiares, equipos de emergencia, incluyendo a carabineros, sicólogos y las personas que tratan con animales, los que se sienten culpables por no haber sido víctimas. "Es ese grupo que dice 'por qué no me pasó a mí que ya estoy más viejo y no a ella que era joven'", señala Sherrington.

El último grupo es la comunidad, la cual no solo incluye a los vecinos o a la comuna, sino que también a aquellos que ven las noticias. En especial adultos mayores y niños, quienes son más susceptibles a presentar estrés agudo.

"Hay que tratar de que no estén solos, hay mucha soledad entre los adultos mayores, tienen pocas redes de apoyo, entonces si somos familiares o vecinos (hay que) llamar, conversar un rato o visitarlos, aunque sea breve", recomienda la psicóloga Donoso, añadiendo que con el niño lo ideal es "explicar lo que está pasando y tomarlo como una instancia de aprendizaje".

Recomendaciones de expertos

Para recuperar el equilibrio emocional, los expertos recomiendan parar cinco minutos y reconocer el sentimiento de vulnerabilidad. Lo ideal, según Donoso, sería tomarse un tiempo de reposo de unas tres semanas.

Sherrington concuerda y señala que "vivir el dolor es algo que sana, por lo que hay que dar el espacio para que la gente exprese su miedo, porque mientras no se logre expresar qué es lo que se siente, el sistema neuropsicológico sigue mandando la emoción, buena o mala".

"Una de las cosas que se han puesto rápidamente en Chile como estrategia, es que pasa el incendio y a la media hora ya está la máquina retroexcavadora y estamos limpiando e intentando borrar el incendio, lo cual es muy bueno para que tengan sus casas, pero el dolor y la rabia de 'por qué me sucede a mí' no se puede obviar", agrega el sicólogo.

"Esto nunca se les va a olvidar, lo que uno hace después es aprender a cuándo recordarlo", finaliza Sherrington.

Fuente: La Tercera

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