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Ingrid Olea, nueva directora ejecutiva de Educación 2020: “CAE y deuda histórica son problemáticas gigantes, pero la prioridad debe estar en el nivel escolar”

La ingeniera y profesora asumió hace pocos días el cargo en una organización que permanentemente se adentra en la discusión de la materia. Desde ahí cree que el debate del mundo político "tiene un efecto cuando el discurso se polariza en políticas educativas".

Fuente: La TerceraPublicado el 21 de marzo de 2024.

Desde el 11 de marzo, Ingrid Olea es la nueva directora ejecutiva de Educación 2020, una de las organizaciones de la sociedad civil más reconocidas en el ámbito del trabajo por la educación. De ahí, por ejemplo, saltó a la palestra pública la actual subsecretaria de Educación, Alejandra Arratia, o uno de los fundadores de Amarillos por Chile, Mario Waissbluth.

Ingeniera industrial y profesora de Matemática de profesión, la también magíster en Administración Pública de Harvard ha ejercido como docente y asesora en el Ministerio de Educación, entre otras cosas. Ahora asume este desafío en reemplazo de Claudia Castañeda.

Para la nueva directora, las principales urgencias del sistema son claras. "Está siendo superevidente la nececidad de fortalecer la Nueva Educación Pública (NEP) y relacionado con eso la implementación de los Servicios Locales de Educación Pública (SLEP). Otro gran tema es el liderazgo directivo, es una de las pocas cosas que no se ha sistematizado bien. No tenemos un sistema de trayectoria educativa. También hay que abordar la recuperación de aprendizajes y su innovación pedagógica", dice.

¿Ese debiese ser el foco del Mineduc? ¿Qué hacer con el CAE o la deuda histórica?

El CAE y la deuda histórica, si bien son problemáticas gigantes, desde lo que vemos la prioridad y urgencia debe estar en el nivel escolar.

¿Están bien puestas las prioridades del ministerio?

Está enfrentándose a los temas que son más contingentes, y con las últimas decisiones hemos visto que sí se le ha puesto mayor ojo a la educación pública, sin perjuicio de que aún le falte harto.

¿Y ve que ha avanzado en la agenda propia?

Lo que ha faltado desde el gobierno es que la NEP y esta transición debiese ser una prioridad presidencial para que se le dé énfasis e importancia, y avanzar en ajustes y mejoras.

¿Cómo debe seguir el proceso de desmunicipalización escolar?

Hemos aprendido cosas que tienen que mejorar. Eso en ningún caso implica ir para atrás. Y si bien transitamos a un sistema donde los municipios no estarán a cargo, todavía quedan hartos años de la educación a cargo de ellos. Hay que pasarles cuenta a alcaldes; no pueden entregar un servicio en condiciones deplorables e imposibles de resolver. Nuestra posición es avanzar en los traspasos y en el fortalecimiento con los recursos que sean necesarios, apuntando a cosas como estirar el calendario o la selección de directivos. El liderazgo del director ejecutivo de cada SLEP es clave para anticiparse al traspaso, además de la gestión.

En el Congreso hay un proyecto de carrera directiva dormido.

En la última década tuvimos un montón de reformas en todos los niveles y el directivo es el único aún en deuda. Estamos atrasados como país en el marco legal que nos dé a los mejores profesionales.

¿De quién es la culpa de la falta de matrícula a esta altura del año?

Que estemos abordando esto en marzo es una demostración de lo lento que terminamos reaccionando versus la proactividad con la que se podría actuar si esto estuviera en línea con las fechas de las inscripciones, que es el segundo semestre del año anterior. Es super reduccionista simplificarlo con un problema de oferta-demanda porque el territorio es heterogéneo y faltan cupos en algunos lados, pero en otros sobran. Si vemos el país completo no sobrarían sillas.

¿Cómo se resuelve?

Es superdifícil de abordar, porque la demografía afecta todos los años los números. La importancia es abordar el problema cuando surge. Y ahí hay un tiempo que se debiese ocupar para hacerle frente con las herramientas que el Mineduc tiene, como crear cursos, flexibilidad horaria, herramientas con las que se podría resolver rápido en diciembre.

¿Es bueno el Sistema de Admisión Escolar, SAE?

No hemos podido ver los números y tener una magnitud bien clara, pero el SAE es necesario para evitar que el colegio elija las familias y al final las familias sean las que elijan. El problema de que no haya cupo no es del SAE, es antiguo. Antes se solucionaba con la selección, el copago, los antecedentes académicos. Y ahí se veían familias haciendo filas. El SAE vino a solucionar esa problemática de una forma más equitativa. Sería injusto decir que es perfecto, sin duda requiere ajustes, como su temporalidad. Que el match no se dé no es problema del SAE, porque hay colegios donde hay más familias que quieren postular que los cupos que hay.

Con el SAE llegó el fin de la selección. ¿Cree que eso jugó una mala pasada a algunos establecimientos, como planteó la alcaldesa de Quinta Normal?

Eso es un problema acotado a una cantidad mínima de colegios, y más mínima dentro de los liceos emblemáticos. Los resultados que ahora vemos son los que se logran cuando las cohortes que entran son más cercanas a la realidad y no fueron seleccionadas para ser las mejores. Lo que sí está en deuda es el fortalecimiento de la educación pública.

¿Cuánto ha influido el debate político en el estado de situación del sistema educativo?

Sin duda tiene un efecto cuando el discurso se polariza en políticas educativas, pero al final del día todos trabajamos para que los niños tengan una mejor educación, para que el sistema brinde las condiciones, y construir propuestas es más complicado que lanzar absolutos.

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